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Un año feliz de ecopañaleo!!!!
En la foto mi pequeña Ofelia luciendo uno de sus hermosos pañales. Ella fue la inspiradora de nuestra página. Con su llegada en Mayo de 2012 llego a nosotros una preocupación familiar al ver triplicadas las bolsas de basura nos preguntamos si existiria alguna forma de ahorrarle al planeta tanta basura. Durante el proceso de investigar supe la horrorosa cantidad de años que tarda un pañal en descomponerse (unos 300 años por lo bajo). Enfrentada a esta realidad puse en el buscador "pañal ecológico" esperando encontrar una alternativa, pero nunca imagine que iba a llegar al viejo y tradicional sistema del pañal de tela. Esa misma semana en una venta especial (de esas que solo nos enteramos las mamás) los vi en persona, "Bb organico" fue la primera tienda especializada que conoci y la puerta de entrada para decidirme a usar este sistema.
Al comienzo tenia mis dudas, cómo en pleno siglo XXI iba a estar lavando pañales??? No seria retroceder en el tiempo??? Pasado el tiempo me di cuenta que era todo lo contrario, si queremos un futuro, cuidar el planeta es lo que tenemos que hacer.
Con esfuerzo comencé a comprar los pañales, la plata que iba a destinar a desechables la usaba en ecopañales y asi fui juntando hasta tener los suficientes. Comence con 8 pañales de bolsillo, el sistema mas cómodo y practico para mi. De a poco fui conociendo gracias a la comunidad virtual de Facebook "Ecopañaleras Chile" la enorme variedad de modelos, tipos y marcas que existen.
Asi en esos inicios locos donde lavaba todos los dias hice los primeros pañales para Ofelia, toallas, mantitas, pañales bambino (si los que usaban nuestras abuelas) pasaron por mi máquina y se convirtieron en pañales fitted que mi pequeña aun usa en las noches.
De este año usando ecopañales agradezco sentir que de verdad estoy haciendo algo por un planeta que agoniza, la gente me dice "pero el agua que gastas, la electricidad, etc" comentarios que vienen de la desinformacion, de no saber que en el proceso productivo de los desechables se usan mas recursos de los que se usan en todo el tiempo que se pueden usar los ecopañales. Agradezco también proteger la piel de mi bebé, con mi primera hija era esclava del Bepanthol, sagrado en cada muda, ahora en todo un año he usado un par de veces aceite de coco para cuidar la piel de esa zona tan delicada.
En fin solo quería contarles lo feliz y convencida que estoy con los ecopañales, por mi bebé, por nuestro planeta y por la economía familiar. Lo mejor si llega otro bebé ya tenemos pañales!!!!
Puta que eri´ flojo!!!
Mis 6 meses de ecopañalera
Hace unos 7 meses vi en una expo bebé unos hermosos pañales que de inmediato captaron mi atención, me acerqué a verlos y cuando muy amablemente la niña que atendía me los mostró, quedé estupefacta, eran pañales de tela. No lo podía creer, porqué alguien usaría voluntariamente pañales de tela en pleno siglo XXI. Lógicamente no tenían nada que ver con el bambino y el calzon de goma que tenía en mi inconsciente, este era diferente.
Llegué a mi casa con muchas dudas pensando en el pañal que no compré por su alto costo. Pero como google da para todo me dediqué de lleno a leer sobre el tema. Lo primero que me impacto fue leer sobre la descomunal cantidad de basura que significan dos años de pañales desechables, algo que estaba experimentando por mí misma en casa, con la llegada de Ofelia se triplicaron las bolsas de basura de mi familia. Luego ahondando en el tema lei sobre los nocivos materiales con los que se fabrican los pañales desechables, los plásticos y los geles tóxicos que "protegen la delicada piel del bebé ".
Con esta información en mis manos y con muchas ganas me decidí (con el apoyo de mi marido) probar los primeros ecopañales de mi vida, compré los más humildes, los fieles Baba bu. Al principio tenía 5 y alternaba ecos con desechables pues no me alcanzaban y a veces era frustrante porque los ecos se pasaban y los desechables no. Sin perder las esperanzas compré algunos más un poco más caros, de otra marca, cuando los tuve en mis manos fue una decepción atroz, eran incluso de menor calidad que los que ya tenía. Estaba pagando el noviciado, pues los compré por mercado libre, sin verlos ni tocarlos antes. Por suerte la vendedora fue muy amable y me los cambió por otros que sí eran de buena calidad, me decidí a seguir mi intento, bajo la mirada incredula de mi entorno. Sin embargo los pañales seguían fallando. Con la moral baja y con ganas de renunciar, llegué al grupo de facebook Ecopañaleras Chile. Fue mi salvación, preguntando descubrí que el problema no eran los pañales ni lo baratos que fueran, me faltaba relleno, como todos eran de bolsillo con un inserto, faltaba poner algo mas en el bolsillo me dijeron envuelve el inserto en un bambino, sí en uno de esos pañales de gasa que hoy se usan como tutos. Ahi cambió la cosa, ya no habían fugas. Descubrí que habían varios tipos de pañales ecológicos, como no tenía mucho presupuesto agarre mi máquina unos tutos de franela, bambinos y cosi mi primer pañal, aun lo usa mi niña y quedó tan bueno que lo usa de noche.
De eso hoy se cumplen 6 meses, desde que ni un solo desechable más se compró en esta casa, de a poco y con esfuerzo he ido juntanto diversos tipos de pañales y con mucho amor hoy confecciono los fitted que vendo. Me gusta trabajar así, sabiendo que cada pañalito es para un bebé en especial, asi empezamos, haciendo los pañales para mi gordita y ahora expandiendo el ecopañaleo por todas partes.
Si están comenzando en este camino no se desalienten, busquen el grupo Ecopañaleras Chile en facebook y recibirán toda la ayuda que necesiten.
En otro post les muestro los pañales de mi Ofelia, los distintos tipos y como los uso.
Gracias por leerme, la Joce.
Pañales Tutitos de Bebé
Estos son nuestros hermosos pañales, confeccionados en Chile. Son del tipo fitted o ajustado, es decir solo absorbe se debe usar con un cobertor, es un pañal ideal para usar de noche pues su gran poder de absorción permite muchas horas sin fugas. Posee un diseño exclusivo para agregar absorción extra sin abultar demasiado.
Es unitalla, crece con tu bebé. Está confeccionado en franela de algodón con hermosos diseños y muy bellas terminaciones. Es lo que usamos con nuestra bebé por eso lo recomendamos.
Pronto nuevos productos relacionados al mundo del ecopañaleo y Portabebés ergonomicos.
Registro Nacional de Pedofilos
Maternidad y crianza, ¿cuando comenzaron a cambiar las cosas?
Como está adaptado el cuerpo de tu bebe para ser porteado
Tiempo con los hijos,¿calidad o cantidad?
Cuando era niña, soñaba con que mi madre trabajara menos. Muchas veces le rogué que no fuera a trabajar… simplemente quería estar acurrucada con ella.
¿Creen que los niños de hoy no sueñan con lo mismo? Pero con tanta publicidad en la cabeza, no les queda otra que pedir regalos para Navidad. Sin embargo, entre las cuatro paredes de la consulta y en cartitas ocultas, se escuchan los deseos: “Quiero estar más con mi papá, trabaja mucho y lo echo de menos”; “No saco nada con reclamar más tiempo. Si pido más, no tenemos vacaciones”; “Yo nunca, nunca, nunca como (ceno) con mis papás; ellos tienen trabajos muy importantes”.
Y nosotros, los adultos, inmersos en el paradigma de que trabajar 24/7 es de excelencia. Avanzamos convencidos por el sistema de que trabajar lejos de casa y dejar a nuestros hijos institucionalizados a temprana edad es muy bueno. Es lo que algunos pocos “que tienen todo” nos quieren hacer creer. De pasada, nos atemorizan: “si haces lo que deseas, perderás trabajo y opciones de futuro para tus hijos”. Un sistema que nos dice que trabajar mucho es bueno; bueno para algunos.
Me entristece esta realidad, y no sólo por los niños que sufren la ausencia. También me pone triste saber que existimos hombres y mujeres trabajando ocho horas diarias, más dos de traslado, con el cerebro lavado con que calidad es mejor que cantidad. Nos queremos convencer de una ilusión. Si vemos la realidad, sin las sombras y las medias luces que nos indican que “todo está ok”, “para algo pago un buen colegio”, “total, están en clases”, “no me queda otra que trabajar”, “no me atrevo a cortar y cumplir con mis deseos de trabajar desde mi casa o en media jornada”, nos damos cuenta de que son sólo racionalizaciones, minimizaciones, negaciones; un montón de mecanismos de defensa que nos permiten engañarnos un momento y seguir camino al gimnasio luego del trabajo.
¡Qué dura realidad!
Me apena que los adultos no podamos nutrirnos de nuestros hijos, de su espontaneidad, de su ingenuidad y de su enorme capacidad para entregarnos amor. Me preocupa que seamos adultos trabajólicos y que hayamos perdido la capacidad de vinculación real. Me alarma que estemos todos tan desconectados de las relaciones de amor más importantes, pero tan conectados en la relación con el jefe, con el poder, con el éxito, con la idea absurda de pensar que por trabajar más horas produzco más.
¿Muy dura? Nada, nada de dura en comparación con cómo se ponen los corazones, las estructuras cerebrales y las sinapsis neuronales de nuestros hijos por la falta de presencia materna y paterna. Recordemos que “saber que el cerebro cambia en respuesta a nuestra manera de ejercer la paternidad puede ayudarnos a criar a un niño más fuerte y resistente” (Daniel Siegel, “El Cerebro del Niño”). Somos nosotros, madres y padres, los que nos transformamos en una fuente confiable para ellos si les ofrecemos contención y palabras a las lágrimas, si les facilitamos los encuentros familiares para las risas espontáneas, para los cantos, para que nos muestren cómo bailan. Somos nosotros, sus padres, los que podemos aclarar sus dudas con información veraz. Es el olor de nuestro cuerpo el que los niños esperan sentir.
De nosotros depende que ellos desarrollen sus potenciales, pero para eso debemos descubrir los talentos de nuestros hijos y acompañarlos en que logren desplegarlos. De las figuras de apego depende la sensación interna de gratificación, bienestar, salud, en la medida en que somos capaces de sintonizar con sus necesidades, darles satisfacción y restablecer el equilibrio perdido de esas personitas que crecen. Cuando los niños se desorganizan, se angustian, tienen pena o rabia ¿quiénes los ayudan a recuperar la organización cerebral? ¿Las papas fritas? ¿La tele? ¿Yingo? ¿Ese nuevo amigo en Facebook? ¿O nosotros, sus padres?
Ya sabe la respuesta si está fuera de la casa diez horas. No me diga que el fin de semana le entrega una hora de “calidad”. Imposible, no le voy a creer. Si queremos que nuestros hijos sean personas seguras de sí mismas, un aporte para la sociedad, profesionales, felices… necesitamos dedicarles MUCHO TIEMPO, por tanto la cantidad es clave. Mientras más tiempo con ellos, aumenta la probabilidad de entregarles tiempo de calidad.
Ahora bien, recordemos que no sólo somos padres y madres, también somos amigas, hermanos, hijos, que queremos hacer algo de deporte e ir a clases de pintura. Queremos visitar a la abuelita que nos hizo tortas y nos cuidó cuando estábamos enfermos. Somos personas, ¿tenemos tiempo para nosotros? También queremos twittear y encontrarnos con amigos en Facebook. Además queremos ir al supermercado, hacer un asado con los amigos el sábado o ir a la peluquería.
¿Cuántas horas de calidad a la semana entregamos a nuestros hijos que crecen y que esperamos les vaya muy bien en la vida? Las experiencias que les ofrecemos y las relaciones que establecemos con ellos moldean el cerebro de nuestros hijos. A menos tiempo… usted ya sabe.
Los invito a unirse al movimiento CONCILIACIÓN REAL YA. Es parte de la Revolución del Amor, del Movimiento Ocitocina, de la Revolución de las Rosas, de la Revolución Calostral y de muchos otros movimientos unidos por el deseo de conciliar trabajo, personas y crianza respetuosa. Movimiento que se inicia por mujeres en todas partes del planeta, que es apoyado por los nuevos hombres y que están leyendo personas éticas que trabajan para los gobiernos. Si usted está desconectado de sus procesos internos, no quiere mirarse a sí mismo, quiere evadir sus emociones o tiene problemas con sus propios padres, siga trabajando... o conéctese de verdad: “integrar y cultivar tu propio cerebro es uno de los regalos más afectuosos y generosos que puedes ofrecer a tus hijos” (D. Siegel).
Y no es mala esta idea que propone el pediatra español, Carlos González: “Tendríamos que convencer de esto a nuestros jefes: ‘A partir de ahora, vendré sólo dos horas al día a trabajar, pero como será tiempo de calidad, haré lo mismo que otros en ocho horas y cobraré lo mismo’. En cualquier trabajo, como en cualquier actividad, desde poner ladrillos hasta tocar el piano, sólo se puede conseguir el éxito sobre la base de ‘echarle horas’. ¿Por qué pretenden hacernos creer que cuidar a nuestros hijos es, precisamente, la única actividad humana en que el tiempo se hace elástico?”. Revisa tu corazón.
Artículo escrito por Leslie Power