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Un año feliz de ecopañaleo!!!!

En la foto mi pequeña Ofelia luciendo uno de sus hermosos pañales. Ella fue la inspiradora de nuestra página. Con su llegada en Mayo de 2012 llego a nosotros una preocupación familiar al ver triplicadas las bolsas de basura nos preguntamos si existiria alguna forma de ahorrarle al planeta tanta basura. Durante el proceso de investigar supe la horrorosa cantidad de años que tarda un pañal en descomponerse (unos 300 años por lo bajo). Enfrentada a esta realidad puse en el buscador "pañal ecológico" esperando encontrar una alternativa, pero nunca imagine que iba a llegar al viejo y tradicional sistema del pañal de tela. Esa misma semana en una venta especial (de esas que solo nos enteramos las mamás) los vi en persona, "Bb organico" fue la primera tienda especializada que conoci y la puerta de entrada para decidirme a usar este sistema.
Al comienzo tenia mis dudas, cómo en pleno siglo XXI iba a estar lavando pañales??? No seria retroceder en el tiempo??? Pasado el tiempo me di cuenta que era todo lo contrario, si queremos un futuro, cuidar el planeta es lo que tenemos que hacer.
Con esfuerzo comencé a comprar los pañales, la plata que iba a destinar a desechables la usaba en ecopañales y asi fui juntando hasta tener los suficientes. Comence con 8 pañales de bolsillo, el sistema mas cómodo y practico para mi. De a poco fui conociendo gracias a la comunidad virtual de Facebook "Ecopañaleras Chile" la enorme variedad de modelos, tipos y marcas que existen.
Asi en esos inicios locos donde lavaba todos los dias hice los primeros pañales para Ofelia, toallas, mantitas, pañales bambino (si los que usaban nuestras abuelas) pasaron por mi máquina y se convirtieron en pañales fitted que mi pequeña aun usa en las noches.
De este año usando ecopañales agradezco sentir que de verdad estoy haciendo algo por un planeta que agoniza, la gente me dice "pero el agua que gastas, la electricidad, etc" comentarios que vienen de la desinformacion, de no saber que en el proceso productivo de los desechables se usan mas recursos de los que se usan en todo el tiempo que se pueden usar los ecopañales. Agradezco también proteger la piel de mi bebé, con mi primera hija era esclava del Bepanthol, sagrado en cada muda, ahora en todo un año he usado un par de veces aceite de coco para cuidar la piel de esa zona tan delicada.
En fin solo quería contarles lo feliz y convencida que estoy con los ecopañales, por mi bebé, por nuestro planeta y por la economía familiar. Lo mejor si llega otro bebé ya tenemos pañales!!!!

Puta que eri´ flojo!!!

Esa es la respuesta que todos me dan, por lo menos la más efusiva, cuando les cuento que me gustaría renunciar al trabajo para estar en la casa. Primero me preguntan porque quiero renunciar, ¿viste una pega mejor?, ¿te cambias a un lugar que te pagan más?, ¿vas a cambiarte para tener un mejor cargo?, ¿te vas a una empresa mejor?....NOOO!!!!... a esta altura bien poco me interesa lo material y la realización profesional (o mejor dicho, mi realización personal no pasa por mi trabajo), simplemente quiero estar en la casa, y después de decir eso viene el típico “puta que eri´ flojo”.
Quiero renunciar y perder mi cargo para ser ayudante del mejor puesto del mundo, estar cerca de ese “cargo” para beneficio mío y aprender, y para beneficio de ella, porque ese puesto es tan extenuante que necesita ayuda. Quiero ser la mano derecha de una “Mamá”. Ni siquiera es que lo quiera, lo necesito, y eso está lejos de convertirme en flojo.
En serio, ¿Flojo?, jajaja, si todas esas personas supieran que quiero estar en la casa para acostarme extenuado después de levantarme un día lunes y salir con la familia a un parque, o a la plaza, correr con mis hijas, que nos persigan los perros hasta que nos voten. Tirarme en el resbalin, jugar en el balancín, ir al almacén del barrio en familia y almorzar todos juntos. Por la tarde, estudiar con mis hijas, estar ahí y no delegar la crianza en las profesoras. Enseñarle matemáticas y la utilidad de ellas.. no en un pizarrón con sus juguetes, de manera entretenida.
O un día martes, pasar toda la mañana corriendo, revolcándose en el pasto, jugando al “montoncito”. Llegar a la casa y hacerse el dormido, mientras mis hijas “me maquillan”, rascarles las piernas porque les comenzó a picar por jugar en el pasto. Llenarles la tina de agua y meterme junto a ellas y jugar-bañarse con sus barbies en la ducha. Secarlas, vestirlas, secarles el pelo y “hacer” como si las peino. Almorzar, lavar la loza, acostarlas a que duerman una pequeña siesta después de haber corrido tanto. Tener un par de horitas para sentarse con mi esposa y ver una película, un documental, un concierto o conversar… pero juntos y tomados de la mano.
Y llega el miércoles, acordarse de que son niñas y tienen más conciencia de la felicidad que nosotros, por eso deberé reír  y no retarlas cuando me muestren orgullosas las paredes rayadas. Estudiar lenguaje o historia a través de visitas a museos, o ciencias en un paseo al cerro. Almorzar un simple pan con bebida en un mantel tirado en el pasto de algún lugar…. Correr, correr, correr… detenerme a mirarlas y ver que la verdadera libertad no te la da el dinero, la libertad es lo que hacen los niños… correr y reír mientras lo hacen, sentir que nada más existe, la perseguiría y la votaría al pasto para hacerle cosquillas. Extenuados llegaríamos a la casa para ordenar el desastre que habría. Seguramente discutiríamos con mi señora por mi nula inclinación al orden, y al cabo de unos minutos nos reiríamos, pero ella habría ganado porque estaría ordenando y explicándoles a mis hijas la importancia de ser ordenado.
El jueves les hablaría de la importancia de ser desordenado… jajaja, les enseñaría a disfrutar de las cosas chicas (que sería al revés, los niños lo hacen a cada rato y siempre). Saldríamos a jugar en la plaza con los perros, nuevamente nos votarían, iríamos a ver a sus abuelos, a sus bisabuelos, a sus tíos, a sus primos. Llevaría a las niñas a clases de baile o algún taller artístico. Aprendería a tocar algún instrumento para enseñarles a ella. Y en la tarde, compraríamos papitas fritas, ramitas y bebidas, y haríamos una fiesta, con baile incluido, les preguntaría si quieren bailar conmigo y me volvería a enamorar de mis hijas, como cada nuevo día.
Llegaría el viernes, podríamos ir al cine, al museo, a la biblioteca… o mejor aún, ir a otra ciudad, para que conozca y pasar por Museos Regionales o Bibliotecas, que conozca lo lindo de su país. Les hablaría sobre la importancia de aprender y estudiar, al mismo tiempo que les diría que los papas no están “ni ahí” con que vayan a la Universidad, que las estamos criando para que sean felices, independientes y autónomas. Y que si en el futuro tienen los mismos deseos que tienen hoy, una de ser actriz y la otra de irse con un circo, las apoyaríamos en todo e iríamos a cada función de teatro y de circo en donde estén.
El sábado sería el día que planificarán las niñas, desde el almuerzo, pasando por los panoramas y hasta la hora de acostarse. Seguramente habrían juegos, juegos y más juegos, basados mayormente en correr, saltar, correr, saltar y….. mmmm…. en correr y saltar nuevamente. Terminaría con mis rodillas muertas (no es fácil sostener 100 kgs.), sudando, pero enormemente feliz. Por las tardes, seríamos los maniquíes de mi señora, nos usaría de ejemplos para cortar telas, hacer la ropa que después nos pondremos.
El domingo, descansaríamos…jajaja, eso quiere decir que nos levantaríamos tarde, después de ver tele en la cama todos juntos. Iríamos a comprar para un almuerzo rico, y almorzaríamos como a las 18:00 hrs., reclamaríamos porque el día se nos pasó demasiado rápido, pero daría lo mismo porque el día lunes no me tendría que ir a trabajar, y tendríamos un nuevo y rico panorama.

Y como si fuera poco, de lunes a domingo, junto a mi señora veríamos el almuerzo, el aseo, la limpieza, la mantención del patio, la comida de los perros, haríamos las camas, fabricaríamos el jabón y el detergente, ordenaríamos los juguetes, lavar la ropa, colgarla, plancharla, lavar la loza, cocinar, bañar a la bebe, mudarla, cambiarle ropa, y todas esas cosas que a veces no nos gustan, pero que son necesarias, y que actualmente las hace, casi exclusivamente, mi señora.
Como ven, nada de flojera, seguramente nos acostaríamos agotados, extenuados, cansados…. pero por vivir a concho y disfrutar cada minuto de nuestras vidas. Lamentablemente, no puedo renunciar, el haber contraído deudas convierten una decisión en obligación, como es ir a trabajar; por eso, actualmente el objetivo familiar es salir de las deudas para realizar nuestro sueño, que no tiene que ver con cargos, con empresas, con objetos o con plata… tiene que ver con tiempo, tiempo para la familia, tiempo de calidad y con buscar la felicidad en cada momento del día.

Simplemente, tiene que ver con que quiero dejar de escuchar… “no me gustan los lunes porque el papá se va a trabajar”
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Mis 6 meses de ecopañalera

Hace unos 7 meses vi en una expo bebé unos hermosos pañales que de inmediato captaron mi atención,  me acerqué a verlos y cuando muy amablemente la niña que atendía me los mostró, quedé estupefacta, eran pañales de tela. No lo podía creer, porqué alguien usaría voluntariamente pañales de tela en pleno siglo XXI. Lógicamente no tenían nada que ver con el bambino y el calzon de goma que tenía en mi inconsciente, este era diferente.

Llegué a mi casa con muchas dudas pensando en el pañal que no compré por su alto costo. Pero como google da para todo me dediqué de lleno a leer sobre el tema. Lo primero que me impacto fue leer sobre la descomunal cantidad de basura que significan dos años de pañales desechables, algo que estaba experimentando por mí misma en casa, con la llegada de Ofelia se triplicaron las bolsas de basura de mi familia. Luego ahondando en el tema lei sobre los nocivos materiales con los que se fabrican los pañales desechables,  los plásticos y los geles tóxicos que "protegen la delicada piel del bebé ".
Con esta información en mis manos y con muchas ganas me decidí (con el apoyo de mi marido) probar los primeros ecopañales de mi vida, compré los más humildes, los fieles Baba bu. Al principio tenía 5 y alternaba ecos con desechables pues no me alcanzaban y a veces era frustrante porque los ecos se pasaban y los desechables no. Sin perder las esperanzas compré algunos más un poco más caros, de otra marca, cuando los tuve en mis manos fue una decepción atroz, eran incluso de menor calidad que los que ya tenía. Estaba pagando el noviciado, pues los compré por mercado libre, sin verlos ni tocarlos antes. Por suerte la vendedora fue muy amable y me los cambió por otros que sí eran de buena calidad, me decidí a seguir mi intento, bajo la mirada incredula de mi entorno. Sin embargo los pañales seguían fallando. Con la moral baja y con ganas de renunciar, llegué al grupo de facebook Ecopañaleras Chile. Fue mi salvación, preguntando descubrí que el problema no eran los pañales ni lo baratos que fueran, me faltaba relleno, como todos eran de bolsillo con un inserto, faltaba poner algo mas en el bolsillo me dijeron envuelve el inserto en un bambino, sí en uno de esos pañales de gasa que hoy se usan como tutos. Ahi cambió la cosa, ya no habían fugas. Descubrí que habían varios tipos de pañales ecológicos, como no tenía mucho presupuesto agarre mi máquina unos tutos de franela, bambinos y cosi mi primer pañal, aun lo usa mi niña y quedó tan bueno que lo usa de noche.

De eso hoy se cumplen 6 meses,  desde que ni un solo desechable más se compró en esta casa, de a poco y con esfuerzo he ido juntanto diversos tipos de pañales y con mucho amor hoy confecciono los fitted que vendo. Me gusta trabajar así, sabiendo que cada pañalito es para un bebé en especial, asi empezamos, haciendo los pañales para mi gordita y ahora expandiendo el ecopañaleo por todas partes.

Si están comenzando en este camino no se desalienten, busquen el grupo Ecopañaleras Chile en facebook y recibirán toda la ayuda que necesiten.
En otro post les muestro los pañales de mi Ofelia, los distintos tipos y como los uso.

Gracias por leerme, la Joce.

Pañales Tutitos de Bebé

Estos son nuestros hermosos pañales, confeccionados en Chile. Son del tipo fitted o ajustado, es decir solo absorbe se debe usar con un cobertor, es un pañal ideal para usar de noche pues su gran poder de absorción permite muchas horas sin fugas. Posee un diseño exclusivo para agregar absorción extra sin abultar demasiado.
Es unitalla, crece con tu bebé. Está confeccionado en franela de algodón con hermosos diseños y muy bellas terminaciones. Es lo que usamos con nuestra bebé por eso lo recomendamos.
Pronto nuevos productos relacionados al mundo del ecopañaleo y Portabebés ergonomicos.




Registro Nacional de Pedofilos



Cerca de tres mil condenados por delitos sexuales integran el registro nacional de inhabilidades para autores de abusos contra menores. Este listado fue lanzado oficialmente ayer, por el Presidente Sebastián Piñera.
Al denominado Registro de Pedófilos puede acceder cualquier persona ingresando su RUT y nombre completo, en la dirección www.registrocivil.cl. Luego, se debe ingresar el RUT de la persona sobre quien se desea consultar.
En el sitio web se advierte que las consultas deben ser realizadas por quienes quieran contratar a una persona para trabajar con menores. Entre estas labores se cuentan profesores, parvularias y transportistas escolares. Se añade que, quienes utilicen la información para otros fines, arriesgan multas que van entre las dos y 10 unidades tributarias mensuales (UTM). Esto es, entre los $ 79 mil y $ 396 mil.
Amigos, los invitamos a viralizar está información y a asumir una paternidad activa, involucrándonos e informándonos acerca de las personas que rodean a nuestros niños.

Maternidad y crianza, ¿cuando comenzaron a cambiar las cosas?


¿Cuándo comenzaron las cosas a cambiar? Recuerdo a mi abuela contar que ella crió a sus cinco hijos trabajando en el campo. Ella vivió una larga vida, eran gente humilde, de campo. Había que salir al campo a trabajar. ¿Y saben lo que hacía con sus hijos, con los que aún no andaban, con los que no comían? Se los ataba al cuerpo y así podían mamar (esto de los fulares no es una modernidad de hoy día). Ellos se alimentaban y mi abuela trabajaba. Seguro que a muchos les suena esto, seguro que sus familiares les han contado alguna historia similar. Cuando ya comían, caminaban y se hacían más independientes ahí estaban las abuelas, las tías, las vecinas..... ¡la tribu! para echar una mano. Que me toca a mi ir al campo, me quedo yo con los churumbeles. Que te tienes que ir y este quiere teta, deja que ya le doy yo. Que te pones mala y parece que el niño no mama bien, ya le doy yo que tengo para todos. Mi abuela amamantó a varios sobrinos al tiempo que criaba a mi madre. 


Que el niño llora de noche, pues tendrá hambre, a la teta y a la cama, que no ando como para perder el tiempo, mañana al amanecer hay que estar arriba. Y así hacían, sin preocuparse mucho por lo que la vecina diría, por si el niño se convertiría en un tirano, por si se malcriaba. Ahí había que ir a lo práctico, chuminadas las justas, que la vida era muy puta y si se trabajaba se comía, sino..... ni eso. Se criaba a los hijos de modo casi mecánico, las mujeres asumían su rol sin hacer preguntas, quizá con miedo pero no quedaba otra. Entre todas se ayudaban y los críos salían adelante. No me imagino yo a mi abuela mirando el reloj mientras alguno de mis tíos o mi madre lloraba en la otra habitación porque "hay que enseñarle a dormir", lo que se hubiera reído mi abuela de estas tontunadas. 

Pero, ¿cuándo comenzó a cambiar esto? Y sobre todo, ¿por qué? Mi suegra, con sus 78 años, ya me cuenta que cuando tuvo a su primer hijo, que hoy cuenta 48 primaveras (año arriba año abajo), el médico le decía que le dejase llorar en su cuna, que no era bueno coger a los niños en brazos, que llorar le ensanchaba los pulmones. Y ella se sorprendía enormemente al verme con el nene todo el día en brazos y no entendía. Y es que claro, ¡en su día se lo había dicho el médico! y en aquel entonces lo que decía el médico y el cura ¡¡iban a misa!! nunca mejor dicho. 

Entonces yo pienso que las cosas empezaron a cambiar cuando los médicos, en su mayoría hombres en aquella época, se metieron en lo que -en su día- eran cosas de mujeres. Mi abuela jamás parió con un médico, ni consultó cómo dar el pecho, ni pesó a sus hijos, ni le preguntó a nadie cuándo debían comenzar a comer, ....., todo eso "se sabía", las mujeres lo sabían porque otras mujeres se lo contaban, porque entre todas se enseñaban. Parir y criar, tan antiguo como la especie humana eran artes aprendidas y establecidas entre el género femenino. 

Bien es cierto que la figura del profesional médico surge para minimizar los riesgos, para asegurar el bienestar de mujeres y bebés. Pero me parece a mi..... solo me parece..... que su afán higiénico ha provocado una evolución y una serie de cambios que laten aún en nuestros días. Se redujeron los riesgos y las muertes de las mujeres gestantes, se sacaron más bebés adelante, y todo ello en una época en las que las condiciones higiénico-sanitarias no eran las más óptimas. Dedico una merecida ovación a los profesionales de entonces por este logro. Pero por desgracia, la higiene, la reducción de la mortandad y la mejora de otras condiciones trajeron una serie de consecuencias muy negativas.

Se dejó de parir en los hogares, y al principio las pudientes y después casi todas acabaron pariendo en el hospital o clínica de turno. Llegaron los nidos, el apartar a la madre de su bebé, se acabó la lactancia y se dio paso a los biberones y las leches artificiales. Y todo comenzó a cambiar, y todo el mundo empezó a participar, a opinar y a decir a las mujeres, a las madres, lo que tenían que hacer. Y las mujeres empezaron a pensar que todo aquello que hacían por instinto o porque lo veían en sus comadres estaba mal, y ciegamente comenzaron a obedecer. No nos olvidemos que en la España de hace unas décadas, el médico, el profesor y el cura tenían mucho que decir. 

Y así las mujeres nos vimos condenadas a no seguir haciendo algo para lo que naturalmente estamos preparadas, algo que hemos hecho a lo largo de millones de años: parir y amamantar. Y generación a generación, desde entonces, se ha ido transmitiendo esto de "nena tu haz caso al médico que sabe lo que se hace". Y las nenas hemos entrado en ese bucle absurdo hasta llegar al día de hoy donde las mujeres no saben de instinto, donde despertamos a nuestra femeneidad tarde, cuando ya hemos parido, es ahí donde nos damos cuenta, al tener a nuestro bebé en brazos de todo lo que nos han robado. 

El miedo a parir, el miedo a no saber qué hacer, el miedo a no saber lactar, el miedo a que tenga hambre, el miedo, el miedo, el miedo. "Llama al médico a ver qué dice" me decía una y otra vez mi madre aterrada si mi bebé hacía algún gruñido raro, o si lloraba. Ella, madre de dos hijas, pero perteneciente a esa generación de mujeres a las que se les arrebató el instinto y en su caso la lactancia. El médico manda, y si el médico dice que tu leche no es buena, pues al biberón y santas pascuas. Más que médicos, ¡parecían dioses! y las mujeres simples mortales que no tenían idea de nada. 

Mi abuela era una mujer de pueblo, no sabía leer ni escribir, pero sacó cinco hijos adelante en un pueblo de mala muerte a base de trabajar, de apoyarse y ayudarse de su familia y tribu. No tenían para mucho, mucho menos para médicos en aquel entonces. Y en medio de toda aquella ignorancia de un pueblo de Extremadura crió a sus hijos. 

Hoy, somos mujeres formadas e informadas, personas con un nivel cultural en muchos casos medio o alto. ¿Realmente no nos creemos capaces de criar sin consultar a los expertos? 

Este post te lo dedico a ti abuela, por ser una gran mujer que tuvo una vida difícil pero que aún así tuvo fuerza y valor para vivir 97 años. 

Testimonio Mama sin Complejos

Como está adaptado el cuerpo de tu bebe para ser porteado


Algunos mamíferos dejan a sus hijos en lugares escondidosOtros mamíferos pequeños desarrollados físicamente lo suficiente como para seguir a sus madres por sí mismos inmediatamente después del nacimientoCuac cuacNuestros bebés no encajan a ninguna de estas teorías. Los bebés humanos nacen muy lejos de saber andar y no están destinados a quedarse en el nido. Los bebés humanos evolucionaron esperando cercanía, su supervivencia depende de ello.Afortunadamente, sus pequeños cuerpos flexionados están adaptados para ser llevados.
Mientras que la columna vertebral de un niño que camina tiene forma de S, la columna vertebral del recién nacido tiene forma de C, así sus muslos naturalmente tiran hacia arriba en la parte delantera de sus pequeños cuerposCuando un recién nacido se tumba de espaldasi goza de buena salud y tiene un buen tono muscular, sus muslos se alzan hacia el pecho. En realidad, los recién nacidos lo tienen  muy difícil para aplanar su cuerpo y estirar las piernas en una superficiedebajo de ellos.
Nuestros bebés adoptan naturalmente la posición de flexión de las piernas.
Haciéndolos fáciles de llevar!

Cuando coges un recién nacido sanolo mismo sucedesus muslos van hacia arriba hacia su pecho y él asume unaposición de flexión generalizada. La forma de la columna vertebral del recién nacido nunca podría soportar estar de pie, pero por otro lado pasar la mayor parte del tiempo tumbado sobre su espalda teniendo la columna vertebral curvada tampoco resulta una posición natural. La posición de la columna vertebral en forma de C y la flexión generalizada que un recién nacido adopta al cogerlo son las consideraciones anatómicas que sugieren que los bebés estaban destinados a serllevado en brazos.

La posición ranita que los bebés adoptan de modo natural cuando los cogemos ayudan a sus padres a llevarlos
Si nos remontamos a los orígenes de nuestros ancestros humanosla adaptación de la flexión de piernas abiertas sobre la cadera de la mamá hizo mucho más fácil llevarlos , especialmente con la aparición del bipedismo (cuando la madre se desplazaba en posición vertical y caminaba con los dos pies) y cuando empezó a ser menos peluda de lo que solía ser(menos pelo para que el bebé se aferrara).
"Si tuvieras un poco de pelo extra Papá, quizás podría ayudarme a sostener un poco mi propio peso".
Sin nada a qué aferrarse, las madres necesitan empezar a sostener la espalda del bebé, sosteniéndoles en sus brazos.Algunos de los grandes simios llevan a sus hijos pequeños, como lo hacemos nosotras, en las caderas o en sus brazos dando soporte a la espaldaA pesar de que nuestros bebés no son capaces de agarrarse y de sostener su propio pesocogiéndose el pelo de sus madres todavía se agarran Aprietan activamente sus piernas contra el cuerpo de su madrecuando ella se gira inesperadamente o se mueve bruscamente. El bebé está en sintonía con los movimientos variados de la mamá y responde apropiadamente para mantener su posición   Los pequeños cuerpos humanos flexionadoscontribuyen activamente y se adaptan a ser llevados.
Las piernas flexionadas y ligeramente abiertasla columna vertebral en forma de C del bebé, y el reflejo de agarre sontodas las adaptaciones anatómicas que sugieren que nuestros bebés están destinados a ser llevados. Así que no los dejeen un nido o en un cochecitoNuestros pequeños estaban destinados a ser llevados. Llevémoslos adelante en el camino!

Artículo de Elizabeth Antunovic traducido al español por Kangura.com.
Leer artículo original en inglés en Bobafamily.com
© Este documento no puede ser reproducido, total o parcialmente, sin autorización expresa de Kangura.com y de la autora
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Tiempo con los hijos,¿calidad o cantidad?


Cuando era niña, soñaba con que mi madre trabajara menos. Muchas veces le rogué que no fuera a trabajar…  simplemente quería estar acurrucada con ella.

¿Creen que los niños de hoy no sueñan con lo mismo? Pero con tanta publicidad en la cabeza, no les queda otra que pedir regalos para Navidad. Sin embargo, entre las cuatro paredes de la consulta y en cartitas ocultas, se escuchan los deseos: “Quiero estar más con mi papá, trabaja mucho y lo echo de menos”; “No saco nada con reclamar más tiempo. Si pido más, no tenemos vacaciones”; “Yo nunca, nunca, nunca como (ceno) con mis papás; ellos tienen trabajos muy importantes”. 

Y nosotros, los adultos, inmersos en el paradigma de que trabajar 24/7 es de excelencia. Avanzamos convencidos por el sistema de que trabajar lejos de casa y dejar a nuestros hijos institucionalizados a temprana edad es muy bueno. Es lo que algunos pocos “que tienen todo” nos quieren hacer creer. De pasada, nos atemorizan: “si haces lo que deseas, perderás trabajo y opciones de futuro para tus hijos”. Un sistema que nos dice que trabajar mucho es bueno; bueno para algunos.

Me entristece esta realidad, y no sólo por los niños que sufren la ausencia. También me pone triste saber que existimos hombres y mujeres trabajando ocho horas diarias, más dos de traslado, con el cerebro lavado con que calidad es mejor que cantidad. Nos queremos convencer de una ilusión. Si vemos la realidad, sin las sombras y las medias luces que nos indican que “todo está ok”, “para algo pago un buen colegio”, “total, están en clases”, “no me queda otra que trabajar”, “no me atrevo a cortar y cumplir con mis deseos de trabajar desde mi casa o en media jornada”, nos damos cuenta de que son sólo racionalizaciones, minimizaciones, negaciones; un montón de mecanismos de defensa que nos permiten engañarnos un momento y seguir camino al gimnasio luego del trabajo. 
¡Qué dura realidad! 

Me apena que los adultos no podamos nutrirnos de nuestros hijos, de su espontaneidad, de su ingenuidad y de su enorme capacidad para entregarnos amor. Me preocupa que seamos adultos trabajólicos y que hayamos perdido la capacidad de vinculación real. Me alarma que estemos todos tan desconectados de las relaciones de amor más importantes, pero tan conectados en la relación con el jefe, con el poder, con el éxito, con la idea absurda de pensar que por trabajar más horas produzco más.

¿Muy dura? Nada, nada de dura en comparación con cómo se ponen los corazones, las estructuras cerebrales y las sinapsis neuronales de nuestros hijos por la falta de presencia materna y paterna. Recordemos que “saber que el cerebro cambia en respuesta a nuestra manera de ejercer la paternidad puede ayudarnos a criar a un niño más fuerte y resistente” (Daniel Siegel, “El Cerebro del Niño”). Somos nosotros, madres y padres, los que nos transformamos en una fuente confiable para ellos si les ofrecemos contención y palabras a las lágrimas, si les facilitamos los encuentros familiares para las risas espontáneas, para los cantos, para que nos muestren cómo bailan. Somos nosotros, sus padres, los que podemos aclarar sus dudas con información veraz. Es el olor de nuestro cuerpo el que los niños esperan sentir.

De nosotros depende que ellos desarrollen sus potenciales, pero para eso debemos descubrir los talentos de nuestros hijos y acompañarlos en que logren desplegarlos. De las figuras de apego depende la sensación interna de gratificación, bienestar, salud, en la medida en que somos capaces de sintonizar con sus necesidades, darles satisfacción y restablecer el equilibrio perdido de esas personitas que crecen. Cuando los niños se desorganizan, se angustian, tienen pena o rabia ¿quiénes los ayudan a recuperar la organización cerebral? ¿Las papas fritas? ¿La tele? ¿Yingo? ¿Ese nuevo amigo en Facebook? ¿O nosotros, sus padres?

Ya sabe la respuesta si está fuera de la casa diez horas. No me diga que el fin de semana le entrega una hora de “calidad”. Imposible, no le voy a creer. Si queremos que nuestros hijos sean personas seguras de sí mismas, un aporte para la sociedad, profesionales, felices… necesitamos dedicarles MUCHO TIEMPO, por tanto la cantidad es clave. Mientras más tiempo con ellos, aumenta la probabilidad de entregarles tiempo de calidad.

Ahora bien, recordemos que no sólo somos padres y madres, también somos amigas, hermanos, hijos, que queremos hacer algo de deporte e ir a clases de pintura. Queremos visitar a la abuelita que nos hizo tortas y nos cuidó cuando estábamos enfermos. Somos personas, ¿tenemos tiempo para nosotros? También queremos twittear y encontrarnos con amigos en Facebook. Además queremos ir al supermercado, hacer un asado con los amigos el sábado o ir a la peluquería.

¿Cuántas horas de calidad a la semana entregamos a nuestros hijos que crecen y que esperamos les vaya muy bien en la vida? Las experiencias que les ofrecemos y las relaciones que establecemos con ellos moldean el cerebro de nuestros hijos. A menos tiempo… usted ya sabe. 

Los invito a unirse al movimiento CONCILIACIÓN REAL YA. Es parte de la Revolución del Amor, del Movimiento Ocitocina, de la Revolución de las Rosas, de la Revolución Calostral y de muchos otros movimientos unidos por el deseo de conciliar trabajo, personas y crianza respetuosa. Movimiento que se inicia por mujeres en todas partes del planeta, que es apoyado por los nuevos hombres y que están leyendo personas éticas que trabajan para los gobiernos. Si usted está desconectado de sus procesos internos, no quiere mirarse a sí mismo, quiere evadir sus emociones o tiene problemas con sus propios padres, siga trabajando... o conéctese de verdad: “integrar y cultivar tu propio cerebro es uno de los regalos más afectuosos y generosos que puedes ofrecer a tus hijos” (D. Siegel).

Y no es mala esta idea que propone el pediatra español, Carlos González: “Tendríamos que convencer de esto a nuestros jefes: ‘A partir de ahora, vendré sólo dos horas al día a trabajar, pero como será tiempo de calidad, haré lo mismo que otros en ocho horas y cobraré lo mismo’. En cualquier trabajo, como en cualquier actividad, desde poner ladrillos hasta tocar el piano, sólo se puede conseguir el éxito sobre la base de ‘echarle horas’. ¿Por qué pretenden hacernos creer que cuidar a nuestros hijos es, precisamente, la única actividad humana en que el tiempo se hace elástico?”. Revisa tu corazón.

Artículo escrito por Leslie Power

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