Posted by : cerazot lunes, 29 de julio de 2013

Esa es la respuesta que todos me dan, por lo menos la más efusiva, cuando les cuento que me gustaría renunciar al trabajo para estar en la casa. Primero me preguntan porque quiero renunciar, ¿viste una pega mejor?, ¿te cambias a un lugar que te pagan más?, ¿vas a cambiarte para tener un mejor cargo?, ¿te vas a una empresa mejor?....NOOO!!!!... a esta altura bien poco me interesa lo material y la realización profesional (o mejor dicho, mi realización personal no pasa por mi trabajo), simplemente quiero estar en la casa, y después de decir eso viene el típico “puta que eri´ flojo”.
Quiero renunciar y perder mi cargo para ser ayudante del mejor puesto del mundo, estar cerca de ese “cargo” para beneficio mío y aprender, y para beneficio de ella, porque ese puesto es tan extenuante que necesita ayuda. Quiero ser la mano derecha de una “Mamá”. Ni siquiera es que lo quiera, lo necesito, y eso está lejos de convertirme en flojo.
En serio, ¿Flojo?, jajaja, si todas esas personas supieran que quiero estar en la casa para acostarme extenuado después de levantarme un día lunes y salir con la familia a un parque, o a la plaza, correr con mis hijas, que nos persigan los perros hasta que nos voten. Tirarme en el resbalin, jugar en el balancín, ir al almacén del barrio en familia y almorzar todos juntos. Por la tarde, estudiar con mis hijas, estar ahí y no delegar la crianza en las profesoras. Enseñarle matemáticas y la utilidad de ellas.. no en un pizarrón con sus juguetes, de manera entretenida.
O un día martes, pasar toda la mañana corriendo, revolcándose en el pasto, jugando al “montoncito”. Llegar a la casa y hacerse el dormido, mientras mis hijas “me maquillan”, rascarles las piernas porque les comenzó a picar por jugar en el pasto. Llenarles la tina de agua y meterme junto a ellas y jugar-bañarse con sus barbies en la ducha. Secarlas, vestirlas, secarles el pelo y “hacer” como si las peino. Almorzar, lavar la loza, acostarlas a que duerman una pequeña siesta después de haber corrido tanto. Tener un par de horitas para sentarse con mi esposa y ver una película, un documental, un concierto o conversar… pero juntos y tomados de la mano.
Y llega el miércoles, acordarse de que son niñas y tienen más conciencia de la felicidad que nosotros, por eso deberé reír  y no retarlas cuando me muestren orgullosas las paredes rayadas. Estudiar lenguaje o historia a través de visitas a museos, o ciencias en un paseo al cerro. Almorzar un simple pan con bebida en un mantel tirado en el pasto de algún lugar…. Correr, correr, correr… detenerme a mirarlas y ver que la verdadera libertad no te la da el dinero, la libertad es lo que hacen los niños… correr y reír mientras lo hacen, sentir que nada más existe, la perseguiría y la votaría al pasto para hacerle cosquillas. Extenuados llegaríamos a la casa para ordenar el desastre que habría. Seguramente discutiríamos con mi señora por mi nula inclinación al orden, y al cabo de unos minutos nos reiríamos, pero ella habría ganado porque estaría ordenando y explicándoles a mis hijas la importancia de ser ordenado.
El jueves les hablaría de la importancia de ser desordenado… jajaja, les enseñaría a disfrutar de las cosas chicas (que sería al revés, los niños lo hacen a cada rato y siempre). Saldríamos a jugar en la plaza con los perros, nuevamente nos votarían, iríamos a ver a sus abuelos, a sus bisabuelos, a sus tíos, a sus primos. Llevaría a las niñas a clases de baile o algún taller artístico. Aprendería a tocar algún instrumento para enseñarles a ella. Y en la tarde, compraríamos papitas fritas, ramitas y bebidas, y haríamos una fiesta, con baile incluido, les preguntaría si quieren bailar conmigo y me volvería a enamorar de mis hijas, como cada nuevo día.
Llegaría el viernes, podríamos ir al cine, al museo, a la biblioteca… o mejor aún, ir a otra ciudad, para que conozca y pasar por Museos Regionales o Bibliotecas, que conozca lo lindo de su país. Les hablaría sobre la importancia de aprender y estudiar, al mismo tiempo que les diría que los papas no están “ni ahí” con que vayan a la Universidad, que las estamos criando para que sean felices, independientes y autónomas. Y que si en el futuro tienen los mismos deseos que tienen hoy, una de ser actriz y la otra de irse con un circo, las apoyaríamos en todo e iríamos a cada función de teatro y de circo en donde estén.
El sábado sería el día que planificarán las niñas, desde el almuerzo, pasando por los panoramas y hasta la hora de acostarse. Seguramente habrían juegos, juegos y más juegos, basados mayormente en correr, saltar, correr, saltar y….. mmmm…. en correr y saltar nuevamente. Terminaría con mis rodillas muertas (no es fácil sostener 100 kgs.), sudando, pero enormemente feliz. Por las tardes, seríamos los maniquíes de mi señora, nos usaría de ejemplos para cortar telas, hacer la ropa que después nos pondremos.
El domingo, descansaríamos…jajaja, eso quiere decir que nos levantaríamos tarde, después de ver tele en la cama todos juntos. Iríamos a comprar para un almuerzo rico, y almorzaríamos como a las 18:00 hrs., reclamaríamos porque el día se nos pasó demasiado rápido, pero daría lo mismo porque el día lunes no me tendría que ir a trabajar, y tendríamos un nuevo y rico panorama.

Y como si fuera poco, de lunes a domingo, junto a mi señora veríamos el almuerzo, el aseo, la limpieza, la mantención del patio, la comida de los perros, haríamos las camas, fabricaríamos el jabón y el detergente, ordenaríamos los juguetes, lavar la ropa, colgarla, plancharla, lavar la loza, cocinar, bañar a la bebe, mudarla, cambiarle ropa, y todas esas cosas que a veces no nos gustan, pero que son necesarias, y que actualmente las hace, casi exclusivamente, mi señora.
Como ven, nada de flojera, seguramente nos acostaríamos agotados, extenuados, cansados…. pero por vivir a concho y disfrutar cada minuto de nuestras vidas. Lamentablemente, no puedo renunciar, el haber contraído deudas convierten una decisión en obligación, como es ir a trabajar; por eso, actualmente el objetivo familiar es salir de las deudas para realizar nuestro sueño, que no tiene que ver con cargos, con empresas, con objetos o con plata… tiene que ver con tiempo, tiempo para la familia, tiempo de calidad y con buscar la felicidad en cada momento del día.

Simplemente, tiene que ver con que quiero dejar de escuchar… “no me gustan los lunes porque el papá se va a trabajar”

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